VISITEMOS AL PODOLOGO!

El cambio de estación lleva consigo que cambiamos de calzado y por supuesto que decimos adiós a las medias que nos han acompañado durante muchos meses. Es buen momento para hacer una revisión de nuestros pies y hacer una visita al podólogo.

Tenemos ideas equivocadas sobre lo que es hacer una visita a este especialista para que nos examine los pies; tendemos a creer que sólo debemos acudir a un experto en la salud de los pies cuando tenemos algún problema de importancia, pero no es así. Es muy recomendable una visita anual o semestral como mínimo.

Aunque no padezcamos de ningún problema específico o grave, las mujeres que usamos tacones siempre sufrimos durezas, rozaduras o incluso alguna pequeña callosidad molesta que se produce por el uso de zapatos cerrados, sobre todo si su tacón supera los 3 centímetros o usamos zapatos puntiagudos que oprimen los dedos del pie.

Las durezas inevitablemente se producen sobre todo en la parte superior de la planta del pie, en la zona almohadillada,  por la presión y roce que nos produce el peso que debe soportar una parte muy concreta del pie. A mayor altura del tacón, mayor es la inclinación de nuestro pie y por tanto mayor es el sufrimiento que se produce en la parte superior de nuestra planta del pie y en los dedos.

Lo tratamientos para eliminar esas durezas no son nada dolorosos, por lo que no debe darnos ningún reparo, al fin y al cabo consisten en eliminar con utensilios adecuados pieles muertas y suavizar con hidratantes específicas la zona; además nos cortarán las uñas para que crezcan adecuadamente. Debemos tener en cuenta que las durezas son capas gruesas de células muertas y eliminarlas requiere un proceso específico de hasta dónde se pueden eliminar. No todos los productos que venden para eliminarlas en casa son adecuados o no deberían ser utilizados sin consejo profesional, porque eliminar la totalidad de la dureza puede ser contraproducente.

Ya hablamos en la entrada “La belleza de los pies a los zapatos” de los hábitos que deberíamos tener en el cuidado diario de nuestros pies, de higiene, de hidratación y de relax, pero aun siguiendo estos hábitos (y con mayor motivo si no los seguimos), hay que hacer una visita a un especialista,  aprovechando el cambio de temporada

Además nos revisará cualquier lunar, mancha o irregularidad en la piel del pie al que quizá no hayamos prestado atención y nos remitirá en caso necesario al dermatólogo. También nos recomendará las cremas o tratamientos específicos que el cuidado de nuestros pies requiere  y los cuidados que podemos hacer en casa nosotros mismos hasta la siguiente visita, así como la frecuencia de las mismas, que serán espaciadas si la salud de nuestros pies es normal.

Recuerda, unos pies sanos son imprescindibles para tener una buena calidad de vida y seguir disfrutando de nuestros  zapatos favoritos, así que, cuida tus pies, se lo merecen!!.