El despertar de una inquietud: aprendiendo a diseñar zapatos.

Los zapatos tienen esencia, cuentan una historia…….la historia que el diseñador nos quiera transmitir…..

Cuando vi anunciado el curso de “Calzado, Industria y Diseño” impartido por Patricia Rosales en la Escuela Superior de Moda y Empresa, sin pensarlo me lancé a pedir información. Cuando contactaron conmigo y vi el programa me dije a mi misma, “pero qué hago yo en un curso como este si no pertenezco al mundo del calzado??”…sin embargo creo que tardé segundos en decidirme. Sabía que tenía que hacerlo.

El último día Patricia nos preguntó en qué había cambiado nuestro pensamiento y qué habíamos decidido hacer desde el primer día hasta el último del curso con todo lo aprendido. Quiero compartir con todos vosotros mi experiencia allí y por tanto mi respuesta a su pregunta.

En este curso he aprendido con Patricia cómo se fabrica un zapato artesanalmente, qué herramientas se utilizaban antes y cómo han cambiado las cosas ahora. He tenido en mis manos una horma y he aprendido algo más de ella (sus diferentes partes, su variedad de tipos, sus medidas, incluso su material o coste…).

Hemos hablado de tacones, de plantillas, de montados y sobrantes, de lo que es una muestra, un canto, un pespunte, las marías o un picado; de los diversos cosidos, los remates, y de todas las personas que deben formar parte de la fabricación de una muestra: desde el diseñador y el modelista hasta los que forman parte de la industria auxiliar (plantillero, prefabricado, cortador, aparadora, fabricación y almacenaje), de las mejores Ferias, los costes,  los plazos y las fichas técnicas. Hemos visto incluso cómo coger un zapato de mujer y un zapato de hombre para mostrarlo mejor.

Hemos repasado la nomenclatura del calzado: sus distintas partes, su composición y los diferentes tipos de zapatos (a la que ya hemos dedicado alguna entrada en Cenicientacinderella).

He tocado pieles exóticas de serpiente, de iguana, de cocodrilo y de visón. Nos ha enseñado sus costes y su forma de tratar la piel. He visto muestrarios de distintas pieles y telas con cientos de colores.

También hemos aprendido mucho marketing, cómo crear una marca, una identidad y cómo darla a conocer recuperando lo artesanal. A qué público dirigirse y cómo estudiarlo para llegar a él. Hemos hablado con matices de psicología, y de coaching para aumentar la autoestima de todos. Y por encima de todo importantísimo….cómo distinguirse y cómo sobrevivir con humildad pero con pasión.

He tenido la oportunidad de conocer a compañeros estupendos que seguro que llegarán muy lejos en este mundillo y sobre todo a un gran maestro al que le dedicaré una entrada especial porque su amor a los zapatos masculinos así lo merece, Manuel Gómez.

Pero esto no es lo más importante que he visto en este curso…….

He aprendido que además del “efecto cenicienta” que un zapato tiene que hacerte sentir cuando te lo calzas….es el propio zapato el que debe contar una historia…su historia, pensada, sentida y soñada por quien fue su creador…Su diseño, sus formas, sus colores, sus adornos, incluso su nombre…

TODO debe ser el reflejo de una pequeña historia donde el diseñador  trata de decirnos algo dejando un pedacito de su alma en cada par de zapatos….y sólo cuando esto ocurre el diseñador y su creación se vuelven exclusivos, objeto de deseo y admiración por quienes sentirán su “efecto cenicienta” particular al calzarse. He aprendido que la inspiración la  encuentra el diseñador en sí mismo, en su propia historia o en cualquier cosa que le rodea y le haga sentir algo y ese algo es lo que transmite en cada diseño y lo que hará que perdure como intemporal. Y dicho todo esto…..quién sabe….la inspiración, la ilusión y quizá un sueño llamado “Anahí” ha comenzado a nacer, porque ella…Patricia Rosales….te hace creer en ti, en tu sueño y en que todo es posible…

Gracias a Javier, a Irene, a Beatrice, a Adriana, a Patricia y por supuesto al maestro Manuel Gómez.