Se acerca una noche especial, una noche llena de tradiciones….una noche mágica. Aún recuerdo las noches de reyes en casa de mis abuelos…mi hermano y yo de niños la pasábamos siempre allí. Como un ritual nunca faltaban los zapatos….cada uno debíamos dejar uno de nuestros zapatos bien limpios en el salón, el lugar donde iban a llegar los reyes magos. Por la mañana encontraríamos nuestros regalos juntos a nuestro zapato. Nunca se me ocurrió preguntar el por qué de la necesidad del zapato, simplemente obedecía y cumplía con ilusión el ritual cada Navidad, aunque creo recordar que la explicación de mi abuelo era que así los reyes magos sabrían dónde dejar los regalos…
¿Cuál es el origen de esta tradición?…hay muchas leyendas acerca de ello….
La más difundida es la que afirma que se originó en Holanda. Allí existe la tradición de “poner el zapato” Alrededor del siglo XV la noche del 5 de diciembre la población más humilde llevaba sus zapatos a la Iglesia y allí recibían propinas de los ricos. El 6 de diciembre, fecha de la muerte de San Nicolás, se repartía entre las familias más pobres.
Desde el siglo XVI San Nicolás pasó a ser una fiesta familiar. San Nicolás (o Sinterklaas) montado en su caballo blanco junto a su ayudante visitaba cada 6 de diciembre los hogares y los zapatos pasaron a colocarse en cada casa junto a la chimenea con una zanahoria o un azucarillo en su interior para el caballo blanco y una carta para que Sinterklaas al bajar por la chimenea colocase los dulces y juguetes en cada zapato de los niños.
Sin embargo la tradición también cuenta que el motivo de darles a los pobres limosnas en sus zapatos era porque a la gente más humilde les hacían cuidar sus zapatos todo el año con la única finalidad de que en las festividades estuvieran limpios y en buen estado y al final del año, si habían cumplido durante todos los meses recibían un regalo por el cuidado.
Lo más probable es que sea una tradición adaptada en España el 6 de diciembre en la festividad de La Epifanía del Señor (día de los Reyes Magos) donde la tradición establece la “obligación de portarse bien” a lo largo del año para recibir regalos de los Reyes Magos y no carbón; la tradición obliga además en la noche del 5 de enero a dejar unos zapatos muy limpios por cada miembro de la familia para que sus majestades sepan dónde dejar los obsequios y a quién.
Pero hay leyendas que también cuentan que dos amiguitos del niño Jesús, (no hay que olvidar que los Reyes Magos es una fiesta de origen religioso) apenados de verle siempre descalzo en sus juegos comunes, debido a la pobreza de su familia, quisieron darle sus propios zapatos; y además como eran usados, en un intento de que parecieran nuevos, para que tuvieran mejor aspecto los generosos niños se esforzaron para que estuvieran lo más limpios posible, así que los lavaron, y los dejaron por la noche en el balcón para que se secaran. Al día siguiente, los zapatos aparecieron llenos de regalos y dulces, como premio a sus buenas intenciones. Los Reyes Magos habían pasado aquella noche por allí y habían recompensado la bondad de los dos niños. Desde entonces se instaura la tradición de dejar zapatos la noche de reyes.
Otra leyenda cuenta que eran zapatos viejos los que debían colocarse en los balcones con comida para los camellos que luego los reyes magos cambiarían por regalos. Debían colocarse en la ventana para que ellos pudiesen verlos al pasar.
En otros países, como en México o en Perú, en el interior de los zapatos es tradición colocar una carta escrita con los regalos que se desean recibir al igual que hacían en Holanda con Sinterklaas.
En realidad se dice que el zapato es para darles pista a los reyes de la edad y el sexo del niño. Más tarde englobando a los adultos se dice que los zapatos se ponen uno del par de cada persona que vive en la casa, de esa forma los Reyes pueden saber cuántos regalos deben dejar y por su tamaño que tipo de regalo debe ser.
Sea cual fuere el origen real de esta tradición la realidad es que sigue existiendo…todavía muchas personas dejan con ilusión su zapato la noche de reyes esperando su regalo al amanecer….
Desde cenicientacinderella te deseamos que no pierdas nunca la ilusión…
*Fuentes obtenidas de páginas holandesas, cuentos tradicionales y leyendas de Navidad.